El pulido de mármol es un proceso de restauración que utiliza abrasivos y químicos para eliminar arañazos, manchas y porosidad de la superficie, devolviendo su brillo original y protegiéndolo. Una compañía especializada, a través de maquinaria profesional con discos de diamante, realiza este proceso en varias etapas que incluyen el desbaste, la limpieza, el abrillantado con pasta y cristalizadores, y un acabado final para dejar el mármol con un aspecto nuevo y fortalecido.


Es un procedimiento de acabado que consiste en: